Los desdenes de tus oídos calmados,
por los que fluyen huertos
llenos de indignas medias noches
que lamentan tu caída.
¿Quieres que pida halcones
y los haga nadar sobre nuestra pobre humanidad?
Salamanca escribe sentencias sin meta ni fin.
Mientras critica herrerías de pan,
que siempre oportunas aves ahuyentan.
Sólo pido ropajes iluminados
y bigotes psicológicos
para recordar tu cuerda profunda
antes de que llore tu manto
y me odie tu enfermedad.
Los desdenes de tus oídos calmados,
por los que fluyen huertos
llenos de indignas medias noches
que lamentan tu caída.
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