jueves, 23 de agosto de 2012

La cúpula de cristal, 1er capitulo: Sabrina



Sabrina estaba en el cuarto de baño de su casa de la ciudad, aunque no sabia muy bien cómo habia llegado hasta ahí. Frente a ella tenia un lavabo normal y corriente, y un poco más arriba el espejo, se miró... no se recordaba tan pálida, y su pelo negro era ahora un poco más claro, por no hablar de sus ojos que estaban.... Notó algo extraño en el espejo y de repente una mano emergió a través de la superficie extraña que cubría el espejo, era una mano de piel muy blanca y largas uñas, Sabrina no tuvo tiempo de apreciar esa extravagante mano durante mucho tiempo, pero pude ver algo parecido a pequeñas escamas surgiendo entre su piel. La mano la arrastró a través del espejo a un lugar... por primera vez en toda su vida se sentía.... estaba....

Sabrina se despertó, sudando, estaba harta de esa... ¿pesadilla?
Siempre soñaba lo mismo, no le asustaba, tampoco le agradaba, simplemente le molestaba el hecho de no poder ver el final, en los momentos más decisivos, siempre habían palabras que se le escapaban, siempre las mismas, y se despertaba en el mismo momento.
Eso era lo que la molestaba, en su corazón, la única bandera a la que erguía era la del saber. Por eso, que su propio subconsciente le ocultase las pesadillas que atemorizaban su ser hacia que le hirviese la sangre. A su vez, que le hirviese la sangre también la molestaba, siempre había sido fría como el hielo, no temía a nada, tampoco se sentía amenazada nunca, ni había nada que la llenase de rabia... tan solo esa pesadilla.

Se levantó, tenia el pelo demasiado enredado, seguramente se había movido mucho aquella noche, pensó, ya que la pesadilla le pareció más intensa, se duchó, y aún con el pelo mojado, cogió un libro de su biblioteca y se sentó en la cúpula de cristal.
Sabrina era una chica de unos 16 años, no muy alta, de ojos y pelo negro azabache, tenia la piel blanca, comparada con las alumnas de su clase, que se pasaban horas al Sol para mantener el color de sus pieles, a ella eso le daba igual.
Sabrina no había conocido a sus padres, y sus abuelos murieron cuando ella era muy pequeña, la adoptó Cesar, un hombre de unos 40 años, muy callado y con una mirada de hielo, al principio la atemorizaba, pero al final acabó siendo como él. Ahora vivía en la ciudad con él.
Cesar tenia muchas posesiones, una de ellas era la casa de campo en la que estaban ahora.
A Sabrina le encantaba esa casa, y en cuanto tenia un par de días se escapaba.
Odiaba la ciudad. La ciudad y la gente que la habitaba, cuando se sentía saturada de aguantar las tonterías de las personas se iba al bosque a dormir y se le pasaba, se sentía renovada.

Sabrina no hacia mucho, leía, tocaba el piano y observaba, nada más, tampoco necesitaba hacer nada más. En el instituto era la alumna más destacada, pero no tenia amigos, tampoco los necesitaba, ni se sentía agusto con la gente, le gustaba demasiado estar sola.

Se pasó varias horas leyendo, pero al ver la hora en su reloj se obligó a dejar la lectura y bajar a desayunar con su padre adoptivo.
-Buenos días, padre.-dijo Sabrina con la frialdad que le caracterizaba.
Sabrina sabia de sobras que no era su verdadero padre, pero para ella era su padre y punto.
Un hombre alto, de pelo gris, corpulento y muy serio, ese era su padre, Cesar.
-Buenos días, hoy te has quedado demasiado tiempo leyendo-dijo mientras cerraba su libro-No tienes que estar triste porqué nos vayamos ya, si quieres podemos quedarnos un día más, no pasa nada porqué pierdas un par de días de instituto.
-No estoy triste. Quiero ir al instituto.
-Como quieras. ¿Has hecho ya las maletas?
-Ajá-contestó con una tostada en la boca.
-¿Te vas a llevar los libros?-dijo cogiendo otra tostada.
-No, solo los más malos, sabes que no me gusta mal gastarlos en la ciudad, no los disfruto envuelta entre cuatro pareces de hormigón.
-Pues cuando quieras salimos.
Sabrina se levantó, bajó su maleta y la metió en el maletero. Mientras esperaba a Cesar echó un último vistazo al bosque, todo parecía normal, pero había algo en el ambiente...
El sonido de la puerta del coche la sorprendió, y la extrajo de sus pensamientos, se metió en el coche y se puso los auriculares.

Mientras tanto, los seres del bosque lloraban su ausencia.
-Se ha marchado, mi señora.-dijo un chico oculto bajo una capa negra.
-Lo sé, pero volverá, ahora solo tenemos que preocuparnos de proteger este bosque del fuego hasta que ella vuelva, al fin y al cabo nos necesita.-contestó una voz en la lejanía, el chico dio por recibido su mensaje y se fue sin más.

Una pequeña risa, casi imperceptible, sonó en la cabeza de Sabrina, ella no le prestó la más mínima atención, pero, no era la primera vez que la escuchaba, ni la última, y nunca, por más que se tapase los oídos, dejaba de sonar en un su cabeza una vez había empezado, normalmente se iba sin más, pero hoy era algo superior a eso.
Cada vez que la escuchaba, algo se volvía loco en su interior, deseando despertar, ella, a pesar de no saber ni qué era, se obligaba a tranquilizarse y no dejarlo salir, pues temía no poder volver a ser la misma.
Temía algo que ni siquiera sabia qué era, ella, la que fulminaba con la mirada a cualquier adulto que se le acercase mientras ella leía, sí, la misma Sabrina capaz de hacer temblar los corazones de los alumnos de su clase con una sola palabra, temía algo que ni ella misma sabia qué era, sonrió por lo bajo... ¿cómo era posible?
Sabrina hizo lo posible por que Cesar no notase que le estaba ocurriendo, en cuanto dejó de percibir era risita, levantó la vista para asegurarse de que su padre no había notado nada, Cesar seguía conduciendo, ajeno a todo... aparentemente, Sabrina bajó la cabeza de nuevo, y siguió leyendo.
Gracias a ese gesto, no se dio cuenta de que Cesar sonreía mirándola a través del espejo retrovisor.

4 comentarios:

  1. Me a gustado mucho y espero que publiques mas en poco tiempo (pero sin presión) jejeje,pero por cierto creo que deberías primero describir los rasgos principales de Sabrina al principio y ir añadiendo detalles pequeños de ella a lo largo de la historia,porque había momentos que perdía un poco el hilo...Pero ya te he dicho me a gustado bastante y que en lo general está muy bien

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    1. Sí, pero es que eso es una cosita del proximo capitulo un secretín jejeje, ya lo verás, xD de todos modos cambiaré un poco para ver si se puede mantener mejor el hilo

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    2. Estoy deseosa de leer el próximo capítulo y descubrir ese secreto...

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    3. Jeje, advierto que cada vez habrá más secretos

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