martes, 14 de junio de 2011

Y Se Hizo la Luz! (escrito con 12 años)

Hola, el antes que nada, buenos días. Os quiero explicar la historia de mi bisabuelo, Dominique, antepasado de Thomas Edison. Nació el 7 de abril de 1864, conocí su existencia gracias a un trabajo sobre nuestro árbol genealógico en el que teníamos que explicar anécdotas y vivencias de nuestros antepasados. Bien, la cosa es que mi bisabuelo era muy perfeccionista, apesar de que iba en silla de ruedas, de hecho, mis abuelos me explicaron que el día que le dijeron que no podria volver a andar despues de un intento fallido de perfeccionar la maquina de vapor del 1782 que le parecía muy “primitiva”, se pasó unos tres días intentando levantarse, finalmente lo aceptó con su frase tan famosa “causa y efecto”. Esta era la frase que más decía, siempre la repetía.
Pues empezemos con lo historia; mi bisabuelo conoció la mujer perfecta para él, un completo desastre, cuando alguien le preguntaba porque era aquella su futura esposa, aquel completo desastre, y con tan poca capacidad de orden, él respondía que del amor al odio había un paso y si, repetia su frase “causa y efecto”, por supuesto.
Dominique y Josefine, era así como se llamaba la mujer desastre, decidieron casarse el día del festival de la luz y a su propia casa, así todo seria perfecto, al resto de opciones que Josefine proponía él decía “causa y efecto” y las rechazaba. El día de la boda pasó la cosa que explosionó la furia de mi bisabuelo, se fue la luz. Dió un grito escalofriante que se escuchó a kilómetros de distancia y que puso los cabellos de punta a todos el invitados, el que tenía que ser el acontecimiento más perfecto y feliz del mundo, resultó ser un desastre a ojos de Dominique. No sólo estaba en juego la boda más preparada de la historia, sino estaba en juego el honor de mi bisabuelo y ese era un precio muy alto a pagar por una compañia electrica.
Salió rodando con su silla de ruedas y fue a la tienda de bombillas donde no encontró en nadie. En sus 40 años nunca le había pasado una cosa como esta, por eso decidió pasar la noche fuera de casa y en uno de los pocos hoteles con luz de París.
Por otro lado Josefine estaba en casa, sabía perfectamente lo que era estar con una persona como en Dominique y también sabía que estaría bien. Era el hombre perfecto, a diferencia de ella que era un completo desastre, la prueba era que acababa de hacerse un huevo frito en el  microondas y estaba calentando una sopa en la nevera.
Dominique quería volver a casa antes de que Josefine la destrozase, pero, él deseaba resolver el enigma de porque se tenía que ir la luz a Paris, la ciudad de la luz, el día de su boda y en casa del antepasado de Thomas Edison.
En aquel momento, mientras se tomaba el plato de pasta más perfecto de Paris, recordó la dirección perfecta para resolver el enigma, la dirección de un hombre muy viejo que conoció a Thomas Edison, y fue. El viejo le explicó que la familia Develau estaba en contra de Thomas Edison y su invento de la bombilla que revolucionó Paris y le dio el teléfono de Henry Develau, el jefe de esta familia y principal sospechoso de aquella conspiración contra la bombilla.
Llamó y respondió a una niña con la voz muy aguda, que aseguraba que aquello era una tienda de teléfonos antiguos, y le dió la dirección del lugar donde estaba llamando. Eran las siete y media y empezaba a hacerse de noche, una noche pobre de luz, una noche que prometía la resolución de todo aquello.
Al llegar tenía los brazos muy cansados de tanto hacer rodar su enmohecida pero perfecta silla de ruedas. En la puerta de la tienda de teléfonos estaba la niña, quieta, parecía una estatua, sin mover un músculo. La niña unicamente pronunció su nombre, “Michelle” y le hizo entrar, en la tienda de teléfonos.
Dentro le esperaba en Henry Develau, le explicó cosas ocultas sobre Thomas Edison que Dominique nunca podría haber imaginado, como por ejemplo que el invento de la bombilla no era suyo, si no de la familia Develau. Dominique se lo creyó, no sin antes pedir numerosas pruebas.
Dominique se fue, triste, con todos sus sueños de perfección rotos, y se quedó dormido a su silla de ruedas, en medio de la calle.
Se despertó, a su cama, con Jonefine dormida al lado, tranquila. Era 24 de marzo, el día de su boda. Comprobó todas las luces de la casa, todas estaban bien. Creyó que todo era un sueño, se giró para coger un vaso de leche de la nevera y bebió un poco . Mientras miraba por la ventana , le pareció ver ver a la niña de la tienda, Michelle, pero pensó que sería “causa y efecto” de un mal sueño estresante y volvió a la cama.
La niña se giró y pronunció aquellas palabras tan y tan repetidas por mi bisabuelo: “causa y efecto” y desapareció en una ventolada junto con unas hojas de algún árbol.
                                                                                                                         Janette (12 años)

2 comentarios:

  1. Causa y Efecto.
    Que buen ralato! Me conmueve Dominique, su perfección, decallo.

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  2. hermoso como todos los demas ... !!! (L)

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